jueves, 27 de junio de 2019

Oración a los 3 Arcángeles para pedir 3 deseos imposibles


Miguel, Gabriel y Rafael son los únicos de los siete arcángeles que aparecen con sus respectivos nombres en la biblia Católica.    En referente a los demás, dependiendo de cada religión la lista se la completa con arcángeles muy variados. Uriel es uno de los más sonados en la mayoría de las listas.

Todos tenemos deseos que creemos imposibles, pero para nuestros Ángeles y Arcángeles de Luz nada es imposible, les dejo una oración para que la recen con fe y si quieren les prendan sus velitas y verán cómo lo que se hace desde el corazón trae buenos resultados. Bendiciones de Luz y amor para todos! 😉

Amadísimo Arcángel Miguel, en nombre de la divina presencia de Dios en mí y en toda la humanidad, invoco tu presencia y a tus legiones de ángeles azules para que me protejan a mí y a mis seres queridos, te doy las gracias.

Amadísimo Arcángel Gabriel, Arcángel de la pureza y la resurrección, te amo y te bendigo y te doy las gracias por lo que significas para mí. Carga estos mis decretos con tu amor cósmico y provéeme de tu ayuda, te doy las gracias.

Amadísimo Arcángel Rafael, Arcángel de la curación de la consagración, te amo y te bendigo, séllame en tu llama de curación y ayúdame a estar consciente únicamente de la perfección. Así sea.

Gracias a los tres Arcángeles y a mi ángel de la guarda que está siempre conmigo.

Se rezan tres Padrenuestros, tres Avemarías, tres Glorias y se piden tres deseos imposibles. Haz esto tres días seguidos y verás cómo acuden en tu ayuda.

sábado, 22 de junio de 2019

Poderosa oración a San Rafael para pedir por la salud de un enfermo


Rafael significa "El Señor sana" o "Medicina de Dios" y es comúnmente invocado por los médicos y enfermeras
San Rafael Arcángel es uno de los siete arcángeles que está delante del trono de Dios. Se le conoce como el Arcángel sanador, por su intervención divina con el personaje Tobit, a quién sanó de una ceguera
A San Rafael también se le conoce principalmente como el patrón de los viajeros porque con su ayuda, guía en los viajes espirituales en la búsqueda de la verdad y el conocimiento. También es el patrono de los médicos y de los ciegos.

En el libro de Tobías, capítulos 5 al 9, (Antiguo Testamento), San Rafael ayudó a Tobías a hacer un bálsamos con las vísceras de un pescado, para así ayudar a sanar la ceguera de Tobit, su padre.

Rafael significa “El Señor sana” o “Medicina de Dios” y es comúnmente invocado por los médicos, enfermeras y todo aquel que sufra alguna dolencia o enfermedad.

San Rafael Arcángel es un poderoso intercesor que ayuda, por voluntad de Dios, a sanar la enfermedad física, mental y espiritual.

San Rafael comparte su día de fiesta con los otros Arcángeles, San Miguel y San Gabriel, durante la fiesta de los Santos Arcángeles, el 29 de septiembre


La siguiente oración puede ser recitada para invocar a San Rafael Arcángel cada vez que se desee por alguna intención especial

Oración de sanación a San Rafael Arcángel
Oh bondadoso y guía espiritual San Rafael Arcángel, yo te invoco como el patrón de aquellos que están afligidos por la enfermedad o dolencia corporal.

Tú hiciste preparar el remedio que sanó la ceguera del anciano Tobías, y tu nombre significa “El Señor sana”.

Me dirijo a ti, implorando tu auxilio divino en mi necesidad actual

(Mencionar aquí la petición)

Si es la voluntad de Dios, dígnate a sanar mi enfermedad, o al menos, concédeme la gracia y la fuerza que necesito para poder soportarla con paciencia, ofreciéndola por el perdón de mis pecados y por la salvación de mi alma.

Enséñame a unir mis sufrimientos con los de Jesús y de María y buscar la gracia de Dios en la oración y la comunión.

Deseo imitarte en tu afán de hacer la voluntad de Dios en todas las cosas.

Como el joven Tobías, yo te elijo como mi compañero en mi viaje a través de este valle de lágrimas. Deseo seguir tus inspiraciones cada paso del camino, para que pueda llegar al final de mi viaje bajo tu protección constante y en la gracia de Dios.

Oh Arcángel San Rafael Bendito, tú te revelaste a ti mismo como el asistente divina del Trono Dios, ven a mi vida y asísteme en este momento de prueba.

Concédeme la gracia y la bendición de Dios y el favor que te pido por tu poderosa intercesión.

Oh gran Médico de Dios, dígnate a curarme como lo hiciste con Tobías si es la voluntad del Creador.

San Rafael, Recurso de Dios, Ángel de la Salud, Medicina de Dios, ruega por mí.

Amén.

martes, 4 de junio de 2019

Oración a los santos ángeles para pedir por trabajo



¡Oh nobles y fieles servidores del Santo Padre!
Ustedes cuya presencia pasa desapercibida pero que,
En cada esquina, aguardan con
Paciencia para protegernos y arroparnos con sus dotes.

Puesto que confío plenamente de su intervención divina, el día de
Hoy acudo ante vuestras presencias para rogar afablemente
Para que intercedan a mi favor para que yo pueda
Gozar de una plenitud laboral considerable.

Les seré eternamente agradecido y nunca
Os dejaré de orar en memoria.
Amén.

Poderosa suplica a los Angeles y a Dios para tranformar tu vida para binestar


¡Dios Uno y Trino, Omnipotente y Eterno! Antes de recurrir a tus siervos, a los santos ángeles, nos postramos ante tu presencia y te adoramos: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Bendito y alabado seas por toda la eternidad.

Dios santo, Dios fuerte, Dios inmortal: que todos los ángeles y hombres, que Tú creaste, te adoren y amen y permanezcan a tu servicio.

Y tú, María, Reina de todos los ángeles, acepta benignamente las súplicas que te dirigimos; preséntalas ante el Altísimo, tú que eres la mediadora de todas las gracias y la omnipotencia suplicante para que obtengamos la gracias, la salvación y el auxilio.

Amén.

Poderosos santos ángeles, que por Dios nos fueron concedidos para nuestra protección y auxilio, en nombre de la Santísima Trinidad les suplicamos:


¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre de la preciosa sangre de nuestro Señor Jesucristo:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por el poderoso nombre de Jesús:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por todas las llagas de nuestro Señor Jesucristo:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por todos los martirios de nuestro Señor Jesucristo:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por la palabra santa de Dios:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!



Les suplicamos por el Corazón de nuestro Señor Jesucristo:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre del amor que tiene Dios por nosotros los pobres:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre de la fidelidad de Dios por nosotros los pobres:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre de la misericordia de Dios por nosotros los pobres:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre de María, Madre de Dios y nuestra madre:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre de María, Reina del Cielo y de la Tierra:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos en nombre de María, su Reina y Señora:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por su bienaventuranza:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por su fidelidad:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos por su lucha en defensa del Reino de Dios:

¡Vengan de prisa, ayúdenos!

Les suplicamos:

¡Protéjannos con su escudo!

Les suplicamos:

¡Defiéndanos con su espada!

Les suplicamos:

¡Ilumínennos con su luz!

Les suplicamos:

¡Sálvennos bajo el manto protector de María!

Les suplicamos:

¡Guárdennos en el Corazón de María!

Les suplicamos:

¡Confíennos a las manos de María!

Les suplicamos:

Muéstrennos el camino que conduce a la puerta de la vida: ¡el Corazón abierto de nuestro Señor!

Les suplicamos: ¡Guíennos con seguridad a la casa del Padre celestial!

Todos ustedes, nueve coros de los espíritus bienaventurados:

¡Vengan de prisa, ayúdennos!

Compañeros especiales y enviados por Dios:

¡Vengan de prisa, ayúdennos!

Insistentemente les suplicamos:

¡Vengan de prisa, ayúdennos!

La preciosa sangre de nuestro Señor y Rey fue derramada por nosotros los pobres.

Insistentemente les suplicamos: ¡vengan de prisa, ayúdennos!

El Corazón de nuestro Señor y Rey late por amor a nosotros los pobres.

Insistentemente les suplicamos: ¡vengan de prisa, ayúdennos!

El Corazón Inmaculado de María, Virgen purísima y Reina de ustedes late por amor a nosotros los pobres. Insistentemente les suplicamos: ¡vengan de prisa, ayúdennos!

San Miguel Arcángel: Tú, príncipe de los ejércitos celestiales, vencedor del dragón infernal, recibiste de Dios la fuerza y el poder para aniquilar, por la humanidad, la soberbia del príncipe de las tinieblas. Insistentemente te suplicamos que nos alcances de Dios la verdadera humildad de corazón, una fidelidad inquebrantable en el cumplimiento continuo de la voluntad de Dios y una gran fortaleza en el sufrimiento y en la penuria. Al comparecer ante el tribunal de Dios, ¡ayúdanos a no desfallecer!

San Gabriel Arcángel: Tú, ángel de la encarnación, mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para que puedan captar hasta las más suaves sugerencias y llamadas de la gracia que emanan del Corazón amabilísimo de nuestro Señor. Te suplicamos que estés siempre junto a nosotros, para que comprendamos bien la palabra que Dios quiere de nosotros. Haz que estemos siempre disponibles y vigilantes, que el Señor, cuando venga, no nos encuentre durmiendo.

San Rafael Arcángel: Tú que eres lanza y bálsamo del amor divino, te rogamos, hiere nuestro corazón y deposita en él un amor ardiente de Dios. Que la herida no se apague, para que nos haga perseverar todos los días en el camino del amor. ¡Que ganemos por el amor!

Ángeles poderosos y hermanos santos nuestros que sirven frente al trono de Dios, vengan en nuestro auxilio.

Defiéndannos de nosotros mismos, de nuestra cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y ambición, de nuestra envidia y falta de confianza, de nuestra avidez en busca de la abundancia, del bienestar y la estima pública.

Desaten nuestras esposas del pecado y el apego a las cosas terrenas. Quítennos la venda de los ojos que nosotros mismos nos hemos puesto y nos impiden ver las necesidades de nuestro prójimo y la miseria de nuestro ambiente, porque estamos encerrados en una morbosa complacencia de nosotros mismos.

Claven en nuestro corazón el aguijón de la santa ansiedad por Dios, para que no cesemos de buscarlo, con ardor, contrición y amor.

Contemplen la sangre del Señor, derramada por nuestra causa.

Contemplen las lágrimas de su Reina, derramadas por nuestra causa

Contemplen en nosotros la imagen de Dios, desfigurada por nuestros pecados, que Él por amor imprimió en nuestra alma.

Ayúdennos a reconocer a Dios, adorarlo, amarlo y servirlo.

Ayúdennos en la lucha contra el poder de las tinieblas que, enmascaradamente, nos envuelve y aflige.

Ayúdennos, para que ninguno de nosotros se pierda, permitiendo así que un día nos reunamos todos, jubilosos, en la eterna bienaventuranza.

Amén.

San Miguel, ¡socórrenos con tus santos ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

San Gabriel, ¡socórrenos con tus santos ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

San Rafael, ¡socórrenos con tus santos ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

Oh, Dios, que organizas de modo admirable el servicio de los ángeles y los hombres, haz que nos protejan en la Tierra aquellos que sirven en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.