miércoles, 13 de julio de 2022

MEDIOS QUE USA DIOS PARA EDIFICAR EL CARACTER

 


La palabra sufrimiento cada vez que la escuchamos o la leemos da escalofrío en nuestro cuerpo, pero cuando lo vivimos es cuando realmente sabemos de lo que esto trata y más porque el mundo ha dado a la palabra sufrimiento muchos significados contrarios a lo que realmente significa para nosotros como cristianos.

 

A lo largo de mi tiempo como cristiana he pasado por sin fin de sufrimientos, los estoy pasando en este momento y sé que eso no terminará hasta que estemos al otro lado de la gloria donde no habrá dolor, ni llanto como lo dice la misma Palabra.

 

“El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Apoc. 21:4).

 

Uno de los versículos que han ayudado más a mi vida en los momentos de sufrimiento es Romanos 8:28 “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”. Así que el sufrimiento obra para bien, para formar nuestro carácter ya que hay muchos hábitos en nuestra vida a causa de nuestra crianza, la cultura, el entorno social, la cosmovisión secularizada.

 

Pero aun en los tiempos de sufrimiento debemos de gloriarnos en el Señor, podemos ver que la Palabra de Dios nos enseña cómo se moldea el carácter a través del sufrimiento. “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom. 5:3-5).

Razones que el sufrimiento a moldeado mi carácter

Arrepentimiento

Cuando sufrimos podemos examinar nuestros corazones y ver qué cosas estamos atesorando más de esta vida. Podemos conocer si hay orgullo, falta de sensibilidad al que sufre, idolatría, también podemos ver qué grietas hay en nuestro carácter, nuestra poca fe, dureza de palabras, si somos poco generosas, críticas, si somos impacientes, si hay dependencia de nosotros y no de Dios, falta de agradecimiento, entre otras más.

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad” (1 Jn. 1:9).

 

Santidad

Por medio del sufrimiento nos hacemos más semejantes a Cristo. Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia” (Heb. 12:10-11).

 

Sensibilidad para consolar a otros

EL sufrimiento nos hace ser más compasivos hacia los demás porque lo experimentamos nosotros.

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque, así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo. Pero si somos atribulados, es para vuestro consuelo y salvación; o si somos consolados, es para vuestro consuelo, que obra al soportar las mismas aflicciones que nosotros también sufrimos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros está firmemente establecida, sabiendo que como sois copartícipes de los sufrimientos, así también lo sois de la consolación” (2 Cor. 1:3-7).

 

Confianza en Dios

Cuando pasamos por el sufrimiento, muchas veces sentimos que Dios está lejos de nosotros, pero la realidad es que Él siempre permanece a nuestro lado.

 

“Porque no queremos que ignoréis, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asia, porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los Muertos” (2 Cor. 1:8-9).

 

Dependencia de Dios

 

El sufrimiento nos lleva a depender de Dios y no en nuestras fuerzas. Sufrimos y es cuando más oramos. “Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna” (Heb. 4:16).

Amada hermana, en medio del sufrimiento que estés viviendo pudieras hacerte las siguientes preguntas:

 

¿He entregado este sufrimiento al Señor para experimentar el gozo de estar formando mi carácter a semejanza de Él?

 

¿Estoy depositando toda mi confianza en medio del sufrimiento a mi Señor Jesús?

 

Conclusión

En medio del sufrimiento que trae dolor a nuestra vida podemos estar seguras de que hay esperanza en Jesucristo. Que el Señor nos ayude en medio del sufrimiento a honrarle y serles fieles hasta que lleguemos a Su presencia.

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mt. 25:21)