domingo, 28 de julio de 2013

El Libro de los Salmos - 4


SALMO 4

Me diste alivio en la angustia
4:1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda.
Salmo de David. 
4:2 Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, 
tú, que en la angustia me diste un desahogo: 
ten piedad de mí y escucha mi oración. 
4:3 Y ustedes, señores, 
¿hasta cuando ultrajarán al que es mi Gloria, 
amarán lo que es falso 
y buscarán lo engañoso? Pausa
4:4 Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: 
él me escucha siempre que lo invoco. 
4:5 Tiemblen, y no pequen más; Efesios 4, 26 Pausa
reflexionen en sus lechos y guarden silencio, 
4:6 ofrezcan los sacrificios que son debidos 
y tengan confianza en el Señor. 
4:7 Hay muchos que preguntan: 
"¿Quién nos mostrará la felicidad, 
si la luz de tu rostro, Señor, 
se ha alejado de nosotros?"
4:8 Pero tú has puesto en mi corazón más alegría 
que cuando abundan el trigo y el vino. 
4:9 Me acuesto en paz y en seguida me duermo, 
porque sólo tú, Señor, aseguras mi descanso.


Ángel del milagro del amor



REINO ANGÉLICO: Ángel del Cielo del Paraíso. 

FUNCIÓN CELESTIAL:Traer milagros a nuestra vida.

DONES PARA LA TIERRA:Puede ayudar a que te abras y recibas el amor que deseas; a cuidar del amor que tienes en tu vida; a reconocer el milagro del amor procedente de la Fuente. 

Ángel del milagro del amor EL Ángel del Milagro del Amor nos ofrece la posibilidad de conocer el amor de Dios de un modo profundamente significativo e íntimo. Para unos puede ser la paternidad, para otros puede ser en una comunidad espiritual o terapéutica de hermanos y hermanas, para otros más puede venir a través de una relación profundamente personal. A cada uno de nosotros se le da la posibilidad del milagro del amor, y como individuos únicos se nos ofrecerá el don del amor de Dios en modos singulares que son perfectos para nosotros. 

Nuestra posible elección es la de abrir nuestros corazones de forma que seamos receptivos a ese amor. Cuando escogemos el amor en nuestras vidas, los ángeles nos abrazan y llenan nuestros corazones con la gracia del amor Divino. Este milagro del amor como mejor se expresa es a través de las interacciones humanas; pues el amor sagrado ofrece su más bello reflejo en nuestras relaciones de unos con otros. 

Podemos ofrecer nuestras oraciones al Ángel del Milagro del Amor para que nos bendiga en nuestra vida con este preciosísimo don. Podemos ser receptivos y limpios de negatividad, de modo que nuestra capacidad de mimar y preservar este amor y dejado crecer se expanda constantemente. El amor es muy precioso; es nuestro mayor tesoro. En cualquier forma que llegue, podemos mimado, cuidando de no dado por supuesto o de tratado abusivamente. Cuanto más claros seamos en nosotros mismos, menos mancillaremos o expondremos este don a una energía errónea. El amor es tan especial que sólo podemos honrar y agradecer a la Fuente por experimentado. Conforme permanecemos limpios, trabajando sobre nosotros mismos, asumiendo la responsabilidad por nuestras proyecciones y manteniendo una actitud positiva, nos volvemos cada vez más capaces de recibir el amor de Dios. 

Los milagros nos son dados gratuitamente por el Espíritu Santo. Están a disposición de todo el mundo. La única cosa que se pide de nosotros es que estemos prestos a recibidos. Se nos pide que purifiquemos nuestro corazón y abramos nuestro espíritu para recibir el don del milagro del amor. Podemos orar al Ángel del Milagro del Amor para que sea nuestro guía conforme nos volvemos conscientes de que esto es lo que verdaderamente anhelamos en nuestra vida. Conocer el amor dentro de nosotros es también conocer el amor que nos rodea. El amor de Dios carece de limitaciones o fronteras. Empapa toda sustancia viva y puede experimentarse en todo. 

Oracion a la Divina Providencia


Omnipotente y sempiterno Dios que nos has concedido a tus siervos el don de conocer la gloria de la eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe, y la de adorar la unidad en el poder de tu majestad; te rogamos que por la firmeza de esta misma fe, nos libres siempre de todas las adversidades. Por Cristo Nuestro Señor. 
Amén



Oh divina Providencia!



¡Concédeme tu clemencia 


y tu infinita bondad!


Arrodillada a tus plantas a ti caridad portento. 


Te pido para los míos casa, vestido y sustento. 


Concédeles la salud, llévalos por buen camino. 


Que sea siempre la virtud la que los guíe en su destino.


Tú eres toda mi esperanza. 


Tú eres el consuelo mío.


En la que mi mente alcanza, en ti creo, en ti espero, y en ti confío. 


Tu divina Providencia se extiende a cada momento. 


Para que nunca nos falte: casa, vestido y sustento.
Amén