domingo, 28 de julio de 2013

El Libro de los Salmos - 4


SALMO 4

Me diste alivio en la angustia
4:1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda.
Salmo de David. 
4:2 Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, 
tú, que en la angustia me diste un desahogo: 
ten piedad de mí y escucha mi oración. 
4:3 Y ustedes, señores, 
¿hasta cuando ultrajarán al que es mi Gloria, 
amarán lo que es falso 
y buscarán lo engañoso? Pausa
4:4 Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: 
él me escucha siempre que lo invoco. 
4:5 Tiemblen, y no pequen más; Efesios 4, 26 Pausa
reflexionen en sus lechos y guarden silencio, 
4:6 ofrezcan los sacrificios que son debidos 
y tengan confianza en el Señor. 
4:7 Hay muchos que preguntan: 
"¿Quién nos mostrará la felicidad, 
si la luz de tu rostro, Señor, 
se ha alejado de nosotros?"
4:8 Pero tú has puesto en mi corazón más alegría 
que cuando abundan el trigo y el vino. 
4:9 Me acuesto en paz y en seguida me duermo, 
porque sólo tú, Señor, aseguras mi descanso.


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