“El Todopoderoso, en su Sonido, te exhaló para que con tu Energía impregnases el agua, la tierra, el viento y el fuego que están regidos por la Energía del Amor;
así fue tu génesis, ¡Oh Ángel Barbiel!
Gotas de emociones salpican desde ese día nuestra alma;
elementos de materia nos componen en nuestra densidad perecedera,
moléculas de espíritus puros revolotean desde nuestro interior
hasta nuestro exterior en la música que compone nuestras existencias,
y lenguas de ígneas chispas iluminan nuestra memoria para alcanzar la Gran Memoria.
En esto somos reconocidos como Hijos de la Luz y lámparas de los caminos tortuosos.
Ábreme ante mis ojos el Libro de la Sabiduría cuyas páginas están tachonadas de gemas y piedras preciosas, de sonidos, de colores, de formas y de Planos y sellos que garantizan mi Aprendizaje;
muéstralo y haz que mi visión sea nítida y sin distorsiones según mis conveniencias.
Prometo, por tu Luz Rosa,que declararé con verdad plena la realidad de todo cuanto haya aprendido,sin matices extraños,
sin palabras tibias y sin elucubraciones de egoísmo u orgullo.
Barbiel, presérvame, yo te lo imploro, de toda mácula que no me haga aparecer blanco, luminoso e irradiante.
La Vida pasa, el tiempo pasa, el espacio es un sueño,
pero tu Realidad en mí será Eterna
porque Eterno es el soplo con el que te dio origen el Adonay
y del cual ahora tomo como guía y sostén.
Soy la oración que es emanada de los sentimientos del alma que asciende hasta los Espacios.
Soy gruta donde germina la Vida y cual atanor transmuta la muerte de la Vida.
Soy el Sentimiento puro y argentino cuyo semblante es Cuatro y cuya Emanación conduce a la Limpieza de él mismo.
Soy la lámpara de las siete virtudes que en mí existen y que se alimentan con el óleo de la Sabiduría y el Conocimiento.
Ven hasta mí, Barbiel.
Amén. Amén. Amen.”
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