Orar es más sencillo de lo que te
imaginas. Dios está ahí, y escuchará y dará respuesta a tus oraciones.
Los
cuatro pasos de la oración
Dios es tu amoroso Padre Celestial, y
desea saber de ti. Tú puedes acudir a Él por medio de la oración. Como hijo
Suyo que eres, puedes pedirle a tu Padre Celestial ayuda y guía para tu vida.
Se puede orar en voz alta o en la mente.
Puedes hablar con Dios como lo harías con cualquier otra persona. No es
necesario que tus palabras sean elocuentes ni que estén memorizadas. Es más
importante que abras tu corazón y te muestres tal como eres. Cree que Él está
ahí y que escucha, porque así es. Cree que Él te ayudará, porque lo hará.
1.
Comienza tu oración
Antes de empezar, busca un lugar
tranquilo donde te sientas cómodo. Una buena manera de comenzar es dirigiéndote
a Dios por Su nombre. Trata con: “Querido Dios”, “Querido Padre Celestial”,
“Padre nuestro que estás en los cielos”, o simplemente “Dios”.
2.
Mantén una conversación con Dios
Habla con el corazón y comparte tus
esperanzas y tus deseos, así como tus preocupaciones y tus problemas. Puedes
pedirle ayuda, dirección, perdón o sanación. Lleva ante Él cualquier cosa que
tengas en la mente, reconociendo que Su sabiduría es más grande, y Su tiempo
mejor que el tuyo. Puedes preguntarle lo que Él desea para ti.
Comparte con Dios tus sentimientos
acerca de otras personas. Ora por sus necesidades o pregunta maneras en las que
puedes amarlas y ayudarlas.
Expresa gratitud a Dios por todas las
bendiciones de tu vida. Incluso los desafíos pueden ser una bendición. Eso nos
ayuda a ser humildes, lo cual mantiene nuestra mente y nuestro corazón más
receptivos a las respuestas de Dios.
La oración es una manera importante de
comunicarse con Dios, acercarse a Él y navegar por los desafíos de la vida. Los
misioneros pueden orar por ti o ayudarte a aprovechar al máximo tus propias
oraciones.
3.
Acaba tu oración
Una vez hayas dicho todo lo que deseabas
decir, puedes acabar tu oración diciendo: “En el nombre de Jesucristo, amén”.
Lo hacemos así porque Jesús es el medio
para conectar con nuestro Padre Celestial, y todas las cosas deben hacerse en
Su nombre.
4.
Actúa conforme a tus deseos justos
Hay sabiduría en el dicho: “Ora como si
todo dependiera del Señor, y luego trabaja como si todo dependiera de ti”. A
menudo es durante el proceso de la acción cuando recibimos la guía y la ayuda
de Dios.
Pedid,
y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”
Mateo
7:7